En los planes de crecimiento de empresa se suele fijar la atención en los objetivos a alcanzar (ingresos, beneficios, número de empleados o de clientes…), pero es muy común dejar de lado la delegación de tareas y responsabilidades. Es un error típico que afecta a la productividad y a los costes de las compañías.
Esto se debe a que, cuando una empresa crece, el/los responsable/s ven aumentadas sus funciones hasta que llega un punto en el que se ven sobrepasados por la carga de trabajo. Hay dos formas de afrontar este problema: de una manera planificada, o improvisando una vez que surge este problema. Independientemente del camino, el destino es el mismo: no queda más remedio que confiar mucho de nuestro trabajo al personal de la empresa. Por ello, os traemos una serie de consejos sobre cómo delegar en el equipo.
Consigue el mejor equipo de trabajo
En un proceso de selección, el objetivo debería ser elegir a la persona idónea teniendo en cuenta sus niveles de adecuación persona/puesto/cultura y siempre valorando la motivación del candidato. Por lo general, debemos contar con una buena estrategia de atracción de talento, sobre todo si nuestro sector sufre de un déficit de profesionales.
Tenemos que relacionar la mala contratación con los malos resultados para la empresa. Es decir, asumir que una mala selección de personal afecta de manera negativa a la empresa en resultados. Las consecuencias se pueden ver en la desestabilización de equipos, en términos de salarios y cotizaciones (costes laborales, despido…) y en el empeoramiento de la relación con los clientes.
También es importante contar en tu equipo con expertos en el mercado laboral . Para la mayoría de empresas, esto implica la externalización de la búsqueda de candidatos. Se trata de delegar a profesionales el proceso de selección y atracción de talento. Porque, al igual que hemos explicado que una mala incorporación tiene repercusiones negativas, un buen candidato tiene un impacto directo y positivo en la productividad (y como consecuencia, en la cuenta de resultados).
Cómo delegar en tu equipo: La importancia de la comunicación
Tanto en la incorporación de un candidato, como en la propia delegación de tareas, hay un factor fundamental: la comunicación.

Es imprescindible cerciorarse de que el trabajador en el que delegas comprenda perfectamente las funciones, los objetivos y las aptitudes que se esperan de él. Una buena idea sería contar con manuales de descripción de los diferentes puestos de trabajo; labor que hay que complementar con formación (en caso de ser necesaria) y un acompañamiento en las nuevas funciones del empleado. En las fases iniciales, es más preciso medir el progreso del trabajador que valorarle por los resultados inmediatos (hay que tener en cuenta el tiempo de adaptación).
Revisa y corrige el trabajo: aconseja.
Como acabamos de explicar, hay que estar pendiente de los trabajadores en los que delegamos. Es fundamental fomentar una cultura del gestión del conocimiento y evaluación del desempeño.
El primero permite establecer protocolos de transferencia de quienes tienen altos niveles de desarrollo de competencias en determinadas habilidades o conocimientos al resto.

El segundo permite de una manera objetiva medir el aporte de valor de cada persona al puesto y la compañía, así como detectar áreas de mejora que nos den pistas adecuadas, por ejemplo, para el diseño de planes de formación y/o desarrollo.
Hacer que se sientan involucrados en la empresa
Quizás este sea uno de los principales factores para retener talento. Es la manera de evitar rotaciones innecesarias y de disminuir el absentismo.
Tener una plantilla comprometida con el proyecto empresarial genera un ambiente laboral positivo, más lealtad en los colaboradores y estándares de calidad elevados en el desempeño. Dos consejos que funcionan: un sistema de retribución variable motivador ligado a objetivos reales y una comunicación interna transparente que les haga partícipes de la evolución de la compañía.
Cuanto más se sientan parte del proyecto, mejor rendimiento tendrá tu equipo. Delegar tareas importantes es la manera más fiable de conseguirlo, ya que el empleado se sentirá valorado.
Aclaramos que una crítica al funcionamiento o a procesos operativos internos suele demostrar la implicación del empleado, no lo contrario: “una empresa, organización o asociación, comienza a morir cuando se mantiene de esos mediocres leales y en cambio prescinde de los brillantes críticos”.
Reconoce el trabajo: premia, felicita, recompensa…
Reconocer debe formar parte integral de la cultura de las empresas. Reconocer permite que el otro se sienta valorado, lanza un mensaje de que su esfuerzo y desempeño cuenta y esto redunda en un buen ambiente laboral.
El clima en una empresa se contagia, tanto a nivel positivo como negativo, por lo que las felicitaciones y recompensas son excelentes herramientas para conseguir mejores niveles de productividad, encontrando en nuestros propios equipos “embajadores de nuestra marca”, con más confianza en sí mismos y en su posibilidad de afrontar retos en beneficio de la compañía.