¿Como va a afectar la actual crisis sanitaria a nuestra fiscalidad como personas físicas?
En primer lugar, mas de tres millones de personas en nuestro país han estado cobrando durante parte, o buena parte del año, una prestación del SEPE al estar incluidos en un ERTE, por parte de la empresa en la que trabajaban.
En segundo lugar, por parte del Estado y de las Comunidades Autónomas se ha destinado una gran cantidad de dinero en ayudas, subsidios y subvenciones dada la situación en la que muchos ciudadanos se quedaban. (ayudas al alquiler y a la conciliación familiar o el famoso ingreso mínimo vital por ejemplo).
Pues bien, quizá sea el momento de hacer algunas reflexiones sobre que consecuencias fiscales nos traerá esta situación:
- Habrá una cantidad de personas que tengan mas de un pagador, o incluso mas de dos, esto significa, que en muchas ocasiones quien estaba exento de presentar declaración ahora no lo esté.
- En gran cantidad de los pagos que sean satisfechos por el SEPE las cantidades no estarán ajustadas las retenciones a la totalidad de ingresos que una persona va a percibir a lo largo del año, por tanto es probable que toque tributar en este sentido.
- Las subvenciones y ayudas que antes indicábamos también tributan como un incremento de nuestro patrimonio, y si… también este hecho hará que nuestra factura fiscal aumente.
Podríamos entrar en mas valoraciones pero la conclusión sería la misma…

Se hace necesario que la Administración se anticipe a dibujar que escenario nos vamos a encontrar a la hora de presentar la declaración relativa al ejercicio 2020, no podemos olvidar que es muy posible que se haga tributar a personas con una situación ya de por si bastante precaria.
Una respuesta a esta situación podría ser, declarar que las cantidades recibidas en concepto de percepciones y ayudas como exentas de tributar, dada la situación de anormalidad por la que han sido generadas.
Pensemos que de lo contrario, una gran cantidad de personas pueden verse en la situación de tener que solicitar a su pagador una mayor retención en las cantidades que perciben como salario dando lugar a un descenso en su liquidez para afrontar el día a día.